sábado, marzo 03, 2007






IIª Dom. de Cuaresma-C

+ Sucedió que unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: "Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías", sin saber lo que decía.Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: "Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle." Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto. +
La Transfiguración fué un momento de Gloria antes de la Pasión; los tres Apóstoles del Tabor son los mismos que estarán cerca de Él en Getsemaní; los que le vieron radiante, le verían sudando sangre, la primera de la Pasión. Los Evangelistas insisten en que no sabían qué decir ni qué preguntar; San Marcos añade que no entendieron lo que quería decir "resurrección". Sólo después de la Pascua del Señor, cuando le volvieron a ver Resucitado, recordaron con detalle la escena del Tabor.

El Tabor se ve por toda Galilea. Es un monte redondo, suave de formas, pero imponente. Está cubierto de cedros, cipreses, terebintos, mirtos. En la cumbre, hay dos iglesias, una pequeña de rito griego, y otra católica, una basílica neo-románica de los años veinte, preciosa. Al lado, un convento franciscano, en el que suele haber frailes españoles e italianos. En el jardincillo, entre rosales, un busto en bronce de Pablo VI, recordando su visita en 1964. Desde el convento y los alrededores de la Basílica se domina toda la Galilea, con unas vistas impresionantemente bellas.

Y es verdad: Se está muy bien allí!
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